En diciembre de 1987 atendimos a nuestros primeros huéspedes, que fueron de la Química Hoechst. El comedor estaba calientito con una estufa a leña, pero la cocina no tenía vidrios en ventanas, solo estaban cubiertos por plástico los marcos de las ventanas. Se nos enfriaba la comida y Heidi cocinaba con gorro de lana por el frío. Ramiro y los niños hacían de garzones y ayudantes de cocina.